Yo era del tipo de personas que cuando se asomaba el fin de año, hacía dos cosas:

  1. Me ponía muy ansioso por avanzar y tratar de lograr los objetivos propuestos para el año en cuestión. Cuando digo muy ansioso, es MUY ansioso.
  2. Empezaba a planificar y a pensar en los objetivos a lograr en el año siguiente.

Cuando les hablo de ponerme objetivos, me refiero a este tipo de objetivos.

  • “Conseguir 1000 clientes en el año proximo para DataPro”
  • “Lograr 1000 usd de ingresos pasivos por mes con el blog”
  • “Vender 100 docenas de medialunas calentitas por día”
  • “Llegar al verano”
  • “Ahorrar 23.589 pesos por mes”

El 2018, fue el año en el cual cumplí 30 años, y su reflexión me llevó a reconsiderar el paradigma a través del cual veo mi vida.

Me dí cuenta, en primera instancia, que los años calendarios no son otra cosa que el tiempo que tarda el sol en darle la vuelta a la tierra, y nada más que eso.

Nada tienen que ver con los objetivos de una persona o con los proyectos que uno tiene en mente. Además, ponerle un número a esos objetivos, por ejemplo: “conseguir 1000 clientes el próximo año”, generan mucha frustración si uno no los consigue, lo cual me hacía entrar en el siguiente “loop” infinito.

Siempre me pasaba en un proceso de definición de objetivos, ansiedad, frustración y replanteo del objetivo, para volver a la ansiedad y a la frustración.

Identifiqué que tanto la ansiedad como la frustración, eran dos sensaciones negativas, generadoras de estrés y me pareció una excelente decisión eliminarlas de mi vida.

Ese estrés generado por la ansiedad, la frustración y la preocupación, generan en el largo plazo efectos nocivos en la salud. Problemas cardíacos, envejecimiento prematuro, alzheimer y cáncer son solo algunos de los efectos de acuerdo a este artículo del Huff Post.

Claro que, si conseguimos el objetivo, tendremos una gran sensación de satisfacción (y si superamos ese objetivo, aún más), pero también me di cuenta lo complejo que es hacer futurología y que es mucho más probable que erremos el pronóstico en vez de acertarlo.

Esto me llevó a pensar que, los días, meses y años calendario no son más que la medida del tiempo que utilizamos para medir la llegada del verano, la primavera, el invierno y el movimiento del sol, y estos factores no tienen por qué influir en mi ansiedad, mi frustración y por último, en mi felicidad.

Esto, fue lo que me permitió decidir que no me voy a poner ningún objetivo en el 2019, y entender que el crecimiento se produce de manera lenta, natural, progresiva y continua. Así como ocurre con la naturaleza, ocurre también en nuestras vidas.

El tipo de números al estilo “conseguir XXX cantidad de clientes”, no va a estar más en mis cuadernos. O tampoco el de “bajar/subir tantos Kilogramos en XXX cantidad de tiempo”.

Decidí priorizar la felicidad por encima de la ansiedad y la frustración, y que el paso del tiempo sea algo que lo disfrute.

Como dice Mark Twain:

Soy un hombre grande y he conocido muchos problemas, pero la mayoría nunca ocurrieron, lo cual me da la pauta, con certeza, de que no conseguir los objetivos propuestos no tiene por qué influir en mi nivel de felicidad.

¡Atención! Soy una persona muy emprendedora, a la cual le apasiona llevar adelante y concretar proyectos, crecer, hacer nuevas relaciones, networking y por supuesto, lograr sus metas.

Esto de no ponerme objetivos, no significa que en el 2019 mi vida va a carecer de actividad y de sentido, muy por el contrario. Decidí cambiar de paradigma y no ponerme objetivos para cambiar el enfoque, y vivir en base a PRINCIPIOS y no en base al movimiento del sol.

¿Cuál es la diferencia entre un 31 de diciembre y un 1 de enero? Antes, para mí era muy importante, y me permitía arrancar con más fuerzas el 1, ya que tenía 365 nuevas oportunidades por delante. ¿Y por qué? ¿Por qué solo 365? ¿Por qué no 3650, lo que duran 10 años?

Vivir en base a principios, me va a permitir lograr mis metas eliminando las sensaciones de ansiedad y frustración. Acá dejo unos ejemplos de transformación.

Objetivo anterior basado en el calendario solar Meta actual basada en principios
Bajar/Subir 10 kg en un mes Alimentarme mejor y hacer actividad física a diario
Conseguir 1000 clientes en un año Trabajar muy duro cada día en los roadmaps de ventas, de manera de conseguir la mayor cantidad de clientes a diario.
Abrir una nueva cafetería para el 28 de febrero Utilizar mis herramientas de productividad y planeación de proyectos para completar los pendientes rapidamente, y abrir lo antes posible el nuevo local.
Ahorrar 10.000 usd para un viaje a Europa Destinar el 20% de mis ingresos en ahorro.

¿Cuándo voy a lograr estos números? ¿Cuándo voy a subir 10kg? ¿Cuándo voy a conseguir 1000 clientes? No lo sé, y no me importa, porque entiendo que el crecimiento se da de manera lenta, natural, progresiva y continua en el tiempo.

Al basar mi vida en principios, dejo de preocuparme por el calendario solar, y me preocupo más por disfrutar el proceso que disfrutar el resultado. Es por eso que es muy importante hacer las cosas que a uno le gusta. Me encanta armar proyectos, disfruto mucho del proceso, y a partir de ahora dejo de preocuparme por la fecha exacta de lanzamiento.

Seguiré siendo metodológico y seguiré utilizando las herramientas que me permiten cumplir esos objetivos. Calendarios, agendas, Evernote, Trello, Asana, DropBox, Gmail, técnicas de productividad y más no van a faltar en mi camino. Son las cosas que me permitan disfrutar del proceso, y conseguir aquello que le da sentido a mi existencia.

Vivir basado en principios y eliminando la ansiedad y la frustración, me permitirán además aplicar uno de los 7 hábitos enseñados por Stephen Covey: Primero, lo primero.

“Primero, lo primero” nos enseña a vivir en base a nuestras PRIORIDADES. En poner adelante lo importante sobre lo urgente, en definir claramente qué es lo que queremos y actuar en consecuencia.

Lo que es importante, lo define cada uno. Pero vivir basándonos en prioridades va a permitirte, en el mediano y largo plazo, conseguir las metas que uno realmente se propone.

Si para uno es más importante la salud que el trabajo (y debería serlo), va a terminar todo a las 9 de la noche para ir a hacer actividad física, independientemente de la urgencia del trabajo. Lo importante, por encima de lo urgente.

Dejar de pensar en el calendario solar y eliminar mis objetivos, me va a permitir disfrutar de cada día, de cada momento, de cada almuerzo, de cada reunión, tratando de VIVIR el presente y tratando de ser felices a cada momento, que es lo importante para mí. El calendario solar y los objetivos numerosos, no me corren más.

Este 2019, con 30 años, no voy a ponerme ningún objetivo. Voy a trabajar cada día para lograr mis metas. Voy a disfrutar de pasar tiempo con mi familia y con mis amigos, y voy a buscar la felicidad disfrutando del paso del tiempo.